«Los objetos y esas cosas»

De Pablo Fernandez Christlieb

Detalles:

Los objetos son cosas que tienen contornos definidos, tajantes, bien recorta­dos, claritos.

Es obvio: véase una silla y se puede marcar exactamente dón­de termina una silla y dónde comienza el aire, hasta cuándo es todavía silla y cuándo ya empieza a ser suelo, y también exactamente lo que pesa y lo que mide y cuánto cuesta, y cómo se llama, porque incluso el nombre “si­lla” es un contorno que la delimita.

  • Pero no todos los objetos son iguales, y Fernandez distingue 3 categorías:
  • Número 1: Lo de lejos, las cosas que no importan.

Son objetos indiferentes, lejanos y remotos a la persona que mira. Son intercambiables y le tienen sin cuidado. Son objetos a los cuales no les tenemos ningún apego.

  • Número 2: Lo de cerca, objetos domesticados.

Pero si la silla resulta ser la mecedora de la abuelita, y aunque la abuelita ya no la necesite se conserva porque cada vez que se ve la mecedora se ve un poco de abuelita en ella, como si siguiera tomando el sol, de modo que la vista de una se con­funde con la visión de la otra, al grado de que no se puede saber a bien dónde termina la silla y dónde comienza la abuelita: parece que los contornos del objeto ya no son tan definidos, sino que empiezan como a ablandarse, a mezclarse con otros objetos y a interferir con uno mismo, y la silla se vuelve un objeto cercano, y la mecedora de la abuelita ya no es igual a las demás, porque ya sólo es intercambiable en la medida en que lo es una abuelita. Ya no es una si­lla cualesquiera, y vale por algo más que por el hecho de sentarse; de he­cho, a uno ni siquiera lo dejan sentarse en ella porque son cosas que ya tie­nen su importancia. Esto es lo que le sucede a todas las cosas de las que se dice que tienen va­lor sentimental.

Como decía el Principito: uno se hace responsable de aquello que ha do­mesticado. Son “bienes de trato”, opuestos a los bienes de consumo. Aquí hay amor a los objetos. Esto del valor sentimental significa que el objeto es parte de uno mismo y que hay algo de uno mismo en el objeto: no existen separados y no se puede discernir tajantemente entre uno y otro.

  • Y número 3: Lo de dentro, el asiento del mundo.

    Cuando uno está sentado no ve la silla. Pues no: está dentro de ella, hun­dido y repantigado, y hasta puede asegurar que ahí no hay sillas. En un lugar sin sillas, el objeto no ha desaparecido, sino que está disuelto en el resto del mundo, lo cual quiere decir que son sus contornos los que se esfuman, y por eso el objeto se desparrama y se confunde con lo demás y se hace im­perceptible.

Registro fotográfico

«Sobre la instalación total»

De Ilya Kabakov

Detalles:

¿Qué es una instalación? En esencia, yo no lo sé, aunque he estado involucrado con ella con gran entusiasmo y pasión durante muchos años.

  • Es con esta frase con la cual Kabakov abre en su libro titulado «Sobre la instalación total». Pese a ello, desde el inicio recupera y nos aporta 3 tipos de instalación llamadas «instalación total”, ya que se construye de tal manera que el espectador se encuentre a sí mismo dentro de ella, absorto en ella. Estas son:
  • Número 1: Las pequeñas instalaciones. Estas que incluyen combinaciones de unos cuantos objetos.
  • Número 2: Instalaciones que se apoyan en la pared, ocupando toda la pared o parte del piso.
  • Número 3: Instalaciones que llenan prácticamente todo el espacio de la locación asignado/a a ellas.

Registro fotográfico

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